Paz, ArturoUn Ciego Con Una Buena Vision

1、comment lt1: pgina: pgina 0 de 50arturo pazununun ciegociegociego conconcon unaunauna buenabuenabuena visinvisinvisinprlogoprlogoal leer el libro del profesor arturo paz, se da uno cuenta que el hecho de tener una limitacin fsica no es obstculo para vivir plenamente la vida, “porque vale la pena viv

2、ir”, escribe el autor. y quienes lo conocemos sabemos que le sobran motivos para su dicho. es agradable adentrarse en las vicisitudes de la vida de una persona con limitacin visual, pero con esa frrea decisin de seguir adelante, hasta alcanzar los objetivos trazados, viendo todo de una manera optimi

3、sta, alegre y divertida, tal como la plasma el autor en este su libro, en donde adems, da a conocer otras facetas de su vida.quienes han tenido la fortuna de tratar al prof. arturo paz, saben que sus relatos son verdicos, aunque de seguro, por ah quedaron otros iguales o mejores en la memoria de l m

4、ismo, de sus amigos y familiares, pero basta leer unos cuantos relatos, para darse cuenta del carcter siempre jovial y jocoso del autor en esta aventura llamada vida.la primera vez que le el borrador de esta obra, termin con optimismo renovado y con mucho nimo para enfrentar los problemas cotidianos

5、 de la vida, y adems, de una manera arturo paz un ciego con una buena visinpgina 1 de 50muy positiva, tal como lo hace nuestro dilecto profesor. espero que a todos los lectores les pase lo mismo.cmo no evocar una sonrisa, con los ms de cincuenta relatos comentados con gracia y con radiante optimismo

6、 por el profesor arturo paz, que como le deca un amigo (qepd), “usted de paz slo tiene el apellido”.algunos de los pasajes son:“el milagro que no se realiz”, en donde en la parte final, su abuelita, a quien tuve la dicha de conocer, le puso una buena regaada por venir viendo a una muchacha, a pesar

7、de llevar vendados los ojos. su paso por el instituto de capacitacin del nio ciego, de mucha ayuda para las personas invidentes, en donde para hacer sentir su presencia y su descontento por “perder su libertad”, se enfrasc en una pelea con otro compaero invidente. ah mismo, como toda persona agradec

8、ida, hace un homenaje a la sra. guadalupe ulloa, cuando escribe: “quiero rendir homenaje en este libro a la sra. guadalupe ulloa de saboro, quien fue la fundadora del instituto de la divina providencia y ms que fundadora, fue madre para cada uno de los ciegos que recibimos tanto beneficio y amor de

9、su parte; tena siempre lo necesario para hacernos vivir de una manera mejor”.en el “descubrimiento accidental de una vocacin”, comenta cmo a raz de su amistad con el tambin gran amigo ildefonso aguirre, que actualmente vive en len, guanajuato, descubri su vocacin en la vida. y qu decir de la “entrev

10、ista con el padre chemita”, que de una sola vez confesaba a dos personas de manera simultnea. al autor le toc compartir con el famoso entrenador de ftbol, el che valdati.arturo paz un ciego con una buena visinpgina 2 de 50ms adelante contina con “el confesor iracundo”, en donde describe a un sacerdo

11、te a quienes muchos feligreses le daban la vuelta por su severidad, pero que de todos modos fue el confesor de miguel ramrez, que por supuesto, lo que menos deseaba era contarle sus pecados al “confesor iracundo”. todo por un error involuntario del autor. las peripecias del sr. paz como docente -muy

12、 capaz por cierto- por ms de 25 aos, tanto en escuelas secundarias como en el centro vocacional de actividades administrativas y en la preparatoria no. 6 de la universidad de guadalajara, estn frecuentemente acompaadas por una serie de situaciones inesperadas y a veces chuscas, pero siempre dejando

13、la huella de un maestro cumplido, puntual, responsable y dedicado a su trabajo. las barreras arquitectnicas y sociales, que afortunadamente, cada vez menos enfrentan las personas con discapacidad y que contadas con el humor del profesor, ya no parecen insalvables.el pasaje de “gandaya mata galn”, en

14、 donde muy amenamente comenta cmo conquist a su querida esposa, adelina rubio y eso que cuando la conoci tena novio. dionisio, es el nombre del ex galn, y el nombre del “gandaya”?, el mismo del autor, arturo paz.los anteriores relatos son slo una muestra de lo ameno del libro y como se menciona ante

15、s, es muy probable que queden por ah algunos otros alegres episodios, pero en esto el autor tiene la palabra. vaya, pues, mi reconocimiento por el ameno rato que pas leyendo esta obra, por haberme invitado a escribir estas letras, y la invitacin a todos los lectores para que, igual que su servidor,

16、se adentren y se deleiten con ella.mario alberto vila delgado.arturo paz un ciego con una buena visinpgina 3 de 50ndicendiceagradecimientos.1prlogo.2ndice.9reportaje: arturo paz.11un ciego.con una buena visin .16el tesoro.16el milagro que no se realiz.18fuga hmeda y aromtica.22ria a ciegas.25pleito

17、en el tobogn .29el cerdo que se fue al tlalocan.30los callos del tmido.32descubrimiento accidental de una vocacin.33entrevista con el padre chemita.33el monaguillo frustrado.33despido justificado de trabajadores.33el confesor iracundo.33no me ayudes compadre.33dnde qued la bolita!.33gandaya mata a g

18、aln.33apuesta nunca pagada .33rbitro por un da.33la serenata frustrada.33que siga la parranda .33me llovi el man.33barreras arquitectnicas.33apoyo didctico a una maestra de primaria .33el paseillo triunfal .33el hroe de la prepa 6certificacin imposible de otorgar .33y ellos qu culpa tienen?.33la tar

19、de que me trag la tierra.33atropellamiento por un peatn.33supervisor de calidad fotogrfica.33chele ms chilito, seor.33las artes marciales no fueron mi vocacin.33el chafirete con sentido del humor.33entre ciegos te veas. .33pngase listo, maestro. .33arturo, chale un ojo a los frijoles.33el examen que

20、 no se verific.33respuestas no esperadas.33oy cantar el gallo y no supo ni dnde.33silencio en el aula.33advertencia y confusin.33arturo paz un ciego con una buena visinpgina 4 de 50el prefecto gangoso .33automovilista por una emergencia.33volvimos a nacer.33sorpresa.33lo que cuenta es la intencin.33

21、no mires, compadre, no mires.33el transente mal educado.33se rompi el acuerdo.33colaborador poco esforzado.33cuando no le llueve le llovizna .33material didctico proscrito.33agarr parejo.33el bailarn extico.33el ciego y el sordomudo.33el transporte panadero.33la octagenaria desagradecida.33arturo pa

22、z un ciego con una buena visinpgina 5 de 50reportajereportaje. .arturo paz.“como hijo de obreros textiles, arturo naci en la fbrica de atemajac hace 47 aos, de los que hoy hace un recuento divertido por la cantidad de ancdotas que almacena en una mente dedicada a explorar las posibilidades por encim

23、a de las limitaciones.abandonado por sus padres a los tres meses de edad, creci baj la proteccin de unos abuelos ms cariosos que enrgicos, as la vagancia fue su alternativa al no encontrar una escuela que se adecuara a los requerimientos de un muchachito inquieto, descuidado y, para colmo, ciego des

24、de los tres aos, cuando una inyeccin de penicilina lesion de manera irreversible sus nervios pticos.“guardo un recuerdo maravilloso de mi abuela. la pobre tena que trabajar y no poda estar al pendiente de m, por eso me dediqu a una ociosidad que adems de improductiva era peligrosa. me iba con los am

25、igos a la presa verde a cruzar entre los lirios y a colgarnos de lianas que colgbamos para volar sobre los barrancos que estaban atrs del club occidente, noms me avisaban a que hora soltarme”, recuerda arturo.como buen nativo de la fbrica de atemajac, arturo se aficion al ftbol, mismo que practic al

26、 lado de algunos famosos como fausto vargas de las chivas y agustn garca del oro, que lo ponan a jugar bajo la consigna de que pasara el baln pero nunca el mono. “pas por muchas escuelas y fracas en todas por mi limitacin y porque los maestros de entonces no estaban capacitados para atender a invide

27、ntes o con algn otro defecto. creo que lo que marc mi vida fue la ocasin en que mi abuela, con buena intencin pero acompaada de las risas de mis primos, me llev un acorden para que aprendiera a tocarlo como nico medio posible de subsistencia”.arturo era todava muy chico, pero an recuerda el nfasis c

28、on que se neg a aceptar el destino que le ofrecan, arguyendo que sera licenciado. “al ingresar al instituto de capacitacin del nio ciego a los once aos, me di cuenta que mi deseo no era tan descabellado”.“ni viendo atinan”estudi la primaria contra viento y marea, cargando una rebelda que le haca con

29、 frecuencia liarse a golpes con sus compaeros. hizo diabluras que daran para escribir un libro entero. sin embargo, consigui salir adelante hasta llegar a la escuela normal superior nueva galicia, donde curs la licenciatura en historia, y al instituto cultural mxico americano en donde complet todos

30、los niveles del idioma ingls.“l(fā)leg la fase de buscar trabajo y me result difcil al principio; creo que soy el pionero de los invidentes que trabajamos en la universidad de guadalajara. comenc a dar clases de ingls en la vocacional y mi primer obstculo fue transmitir a travs de letras lo que yo haba

31、aprendido en sistema braille. entonces me encontr a la mujer con la que me volvera a casar si volviera a nacer, adelina rubio. en un principio, yo pasaba los ejercicios a mquina y le peda a algn muchacho que los copiara, pero los pobres ni viendo atinan”, seala quien, entre otras cosas, sabe que rer

32、se de las propias limitaciones es la mejor terapia para salir adelante. para auxiliarle, su esposa le fabric las letras en plastilina para que las conociera mejor. hoy, arturo asume orgulloso que es capaz de hacer anotaciones en el pizarrn prcticamente sin perder la horizontal.arturo paz un ciego co

33、n una buena visinpgina 6 de 50actualmente trabaja como maestro de historia en la preparatoria 6. se siente satisfecho por desempear sin problemas una labor que le acerca a las juventudes, que le permite conocer sus inquietudes y hacerse de muchos amigos. similar orgullo muestra al hablar de sus tres

34、 hijos a quienes cree haber podido impulsar adecuadamente.“vivir en un mundo hecho para los videntes resulta difcil en principio. cuando albergamos frustraciones nos sentimos rechazados. lo primero es aceptarse a s mismo y despus luchar contra las frustraciones mediante esa psicologa natural que tod

35、os tenemos dentro. aprend a rerme de m mismo u ya no tuve problemas; el mundo cambi cuando cambi yo; la gente comenz a aceptarme y ahora no tengo ninguna dificultad al tratar con los dems”.ante la perspectiva de reactivar, mediante una serie de ejercicios el nervio del ojo derecho que no qued totalm

36、ente atrofiado, arturo presume haber recuperado un porcentaje de visin que espera incrementar. mientras, cuando le disgusta, acepta hacerse de “l(fā)a vista gorda” y ha comenzado ya a dictar sus innumerables peripecias para ser contadas en un libro que atestige que el invidente puede explorar el mundo c

37、on buenos ojos y mucho sentido del humor”.11 patricia del castillo. “siglo 21”. 26 de septiembre de 1995.arturo paz un ciego con una buena visinpgina 7 de 50unun ciego.ciego.concon unauna buenabuena visinvisinel tesoromis amigos afirman, y con mucha razn, que tengo una frtil imaginacin y espritu ave

38、nturero, de lo que s estoy convencido es que nada me detiene porque, vale la pena vivir.recuerdo un da en el ao de 1956, que nos encontrbamos jugando dos de mis primos y yo, enfrente de la casa marcada con el nmero tres de la calle corregidora en la fbrica de atemajac. un barrio que, aunque con las

39、calles empedradas, contaba ya con todos los servicios urbansticos de la poca. de pronto, joel, el menor de mis primos, encontr una moneda de a centavo, que por supuesto en ese tiempo ya no circulaban.mi ya mencionada frtil imaginacin, me hizo concebir que en ese lugar se encontraba un gran tesoro; l

40、leno de entusiasmo exclam que seramos ricos y que yo me encargara de sacar la tierra mientras ellos cavaban hasta descubrir el cntaro o la olla que contenan nuestro valioso hallazgo. ellos empezaron con un cincel a quitar el empedrado recin instalado y yo, acuciosamente, quitaba las piedras y sacaba

41、 la tierra; habamos cavado aproximadamente unos 80 centmetros, cuando de pronto sent claramente bajo la yema de mis trmulos dedos, un objeto spero de barro y les dije vigorosamente: -hemos encontrado el tesoro!, rompan con el cincel la olla, pero yo ser el que saque las monedas y las joyas.-mi primo

42、 salvador, con golpe certero, rompi aquel cacharro, que contena nuestro tesoro e inmediatamente yo con gran vehemencia introduje mis manos y con sorpresa lo que extraje me llen de coraje y frustracin y a ellos de estridentes carcajadas, porque la supuesta olla que contena el fabuloso tesoro era nada

43、 ms y nada menos que un tubo del drenaje de la casa de mi abuela y el tesoro que saqu lo dejo a su imaginacin. adems claro est, me llev una gran paliza por causar la destruccin del drenaje.arturo paz un ciego con una buena visinpgina 8 de 50el milagro que no se realizdesde los tres aos de edad padez

44、co de ceguera parcial y progresiva de tipo menngeo y de carcter irreversible, lo que no me ha impedido vivir como cualquiera de mis lectores, sin embargo mi abuela dotada de una inmensa bonhoma, luch denodadamente porque yo algn da recuperara la vista. me llev con todo tipo de charlatanes en quienes

45、 confiaba ms que en las autoridades mdicas que afirmaban acerca de lo incurable de mi ceguera. cierto da, estuve a punto de recuperar la vista, porque uno de estos charlatanes me dio una tunda con ramas de diferentes arbustos, que me hicieron ver estrellitas, cometas y otros cuerpos siderales; supue

46、stamente para sacar de m el maleficio que provocaba mis problemas, y al mismo tiempo sacar los exiguos recursos de mi abuela.en mxico todos tenemos algo de mdicos y ella cumpla con todas las absurdas prescripciones que hacan las personas que nos rodeaban: me tapaban los ojos con filetes de hgado cru

47、do o me lo hacan comer en grandes cantidades; me colocaban lienzos alrededor del crneo con cebolla morada; me lavaban los ojos con agua boricada; hacan que volteara la cara hacia las estrellas -que el saber popular ha llamado “l(fā)os ojos de santa luca”, y que segn la tradicin es la protectora de los c

48、iegos - pero nada me serva. pero un da, acudi mi abuela al mximo recurso que tenemos la mayora de los mexicanos: conducirme ante la virgen milagrosa de “san juan de los lagos”; pues ella estaba segura que volvera a ver la luz del da.me vendaron los ojos en casa y me llevaron a la central camionera,

49、donde abordamos un camin, pero como era tiempo de peregrinaciones, iba atestado de romeros que llevaban el mismo destino; se compadecieron de m al verme vendado de los ojos y me cedieron un asiento; no sin antes satisfacer su curiosidad del porqu iba siendo conducido en esta forma. en ese tiempo tod

50、ava contaba con algo de visibilidad y con doce aos de vida. comparta mi asiento con una muchacha a la que yo estaba observando al levantar ligeramente las vendas que cubra mis daados ojos. cuando llegamos a san juan de los lagos se me hizo poner las rodillas en el piso, y avanc desde las puertas del

51、 atrio hasta muy cerca del altar y mi abuela despus de persignarse y recitar diversas jaculatorias se puso de pie y fervientemente pronuncio las siguientes palabras:arturo paz un ciego con una buena visinpgina 9 de 50“- madre ma, haz que este muchacho recupere la vista!”inmediatamente arranc las ven

52、das de mi cara y me pregunt:-hijo, puedes ver?y contest:-noy en voz alta me increp -pero venas viendo a la vieja que iba al otro lado, por eso no ves pendejo!al escuchar estas palabras ya me rodeaban varias personas que esperaban el milagro y se retiraron con una sonrisa sardnica en sus rostros.fuga

53、 hmeda y aromticamuchas fueron las travesuras que realizamos mis coetneos y yo en la fbrica de atemajac, y la mayora estaban lidereadas por un nio muy inteligente y travieso cuyo nombre es rigoberto navarro, que ahora se encuentra viviendo en alemania realizando importantes trabajos. rigo form un cl

54、ub que se llam “l(fā)a fogata”, este club estaba formado por muchachos de probada inquietud. recuerdo que uno de los componentes de esta pandilla, result gravemente lesionado con una flecha de jaral que nosotros elaborbamos. le ponamos a la vara de esta planta una bola de cera campeche en la punta, dond

55、e colocbamos un clavo.a esta pandilla pertenecieron entre otros, jos salazar gmez, arturo estrada, rigo navarro y otros muchos nios, que ahora escapan de mi memoria. nuestra palomilla fue duramente reprimida por las solteronas, o como se les llamaba “seoritas viejas”, as como por las personas de eda

56、d avanzada, entre las que vienen a mi memoria flix escoto, mara mercado, pachita bentez, una seora de quien no recuerdo su nombre, pero la llambamos con el mote de “momia azteca”, etc.y fue precisamente en la casa de la seora mercado donde cierto da me acerqu cautelosamente con mi resortera y dispar

57、 a travs de la puerta abierta, haciendo blanco en un espejo muy antiguo, inmediatamente emprend la huda, corriendo en la medida de mis arturo paz un ciego con una buena visinpgina 10 de 50posibilidades. saba que al dar vuelta en la esquina prxima estara a salvo, pero nunca record que en esa casa hab

58、an abierto una nueva ventana y al pasar por ah sent que me mojaban la espalda, ya que la seora me esperaba, y a travs de esa ventana, arroj la orina que contena una bacinilla que pienso yo era de muchos das atrs. yo tall mi espalda con piedra pmez porque no me poda quitar la impresin de tan singular

59、 ablucin, y las burlas de mis compaeros duraron muchos das.ria a ciegaslas ancdotas que estoy relatando las he dividido en tres fases de mi vida: la primera desde mi nacimiento hasta los doce aos, la segunda desde los doce a los diecisiete, y la tercera de los diecisiete a los 52 aos.la primera part

60、e de mi existencia transcurri en la casa de mi abuela materna, aunque rectificando, ms bien en la calle, ya que por su trabajo nunca pudo atenderme. por lo que mi abuela, aconsejada y casi obligada por el padre jorge de alba, me condujo al instituto de capacitacin del nio ciego, donde pas los primer